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¿No contestas llamadas? Puedes padecer telefonofobia

No, no eres el único que siente ansiedad cuando tiene que contestar una llamada. Tranquilo, aquí te explicamos qué es lo que pasa y si eso tiene cura.

Por más sorprendente que parezca, no todo el mundo disfruta de las ventajas de los teléfonos móviles, pues algunos individuos sufren una condición llamada telefonofobia, que es el miedo irracional hacia los teléfonos y, en específico, recibir y hacer llamadas. Estas patologías, según el DSM (Manual Estadístico Diagnóstico de los Trastornos Mentales), pertenecen a los trastornos de ansiedad.

Es real, es reconocida como un trastorno y tan fuerte como una fobia a las alturas, las arañas,  inyecciones o serpientes.

Así que si hay alguien que no te contesta llamadas puede ser por dos grandes motivos:

  1. Telefonofobia
  2. Filtro VIP

Explicaremos ambos motivos, así que presta atención.

Veamos un ejemplo claro y familiar

Son las 4 de la tarde y tienes hasta las 5 para entregar un reporte final, es fin de mes, hay tránsito pesado afuera y ya te quieres ir… Recibes una llamada de un número de teléfono desconocido, ¿respondes?, obviamente no. Pero si es un lunes a las 10 a.m. y no estás apresurado, recibes una llamada de un número de un amigo lejano, ¿contestas?, ¿tampoco? Descubre aquí qué es lo que ocurre.

Papá, mamá y el novio tóxico dicen algo como: “Pero si siempre tiene el teléfono en la mano, ¿por qué no responde? Y sí, el smartphone siempre encendido, pero cada vez menos jóvenes contestan las llamadas.

Y sí, vivimos con el teléfono en las manos, chateamos, editamos, tomamos fotografías, revisamos las redes sociales, compartimos fotos y videos, contestamos correos del trabajo, vemos y reenviamos memes y hasta nos da tiempo a grabar uno que otro TikTok. Pero ¿y las llamadas?

Volvámoslo un poco más impersonal (para no sentirnos culpables) y pongamos un nombre y carácter ficticio. Te presento a Pedro Ruíz, él, un citadino treintañero toma el teléfono en sus manos cada 30 minutos, pasa 10 minutos en Instagram, 9 en el WhatsApp, 7 en el buscador, 3 revisando y contestando correos, da un vistazo rápido al Facebook de dos minutos y deja el TikTok para la noche (porque sabe positivamente que ahí se pierde). Se recuerda que llegó ahí porque tenía una llamada perdida que su reloj inteligente le avisó (pero era de un número desconocido) pero ignoró. Revisa el número, no lo reconoce y no devuelve la llamada.

Piensa “que me escriba si es importante”, sigue con su rutina diaria. Y en una hora más volverá a revisar su teléfono sin ningún tipo de sentimiento de culpa por no haber atendido la llamada.

Pedro incluso se ríe con el meme del rostro de Homero Simpson que dice “yo, esperando a que deje de sonar la llamada para escribirle al WhatsApp”.

Pedro ni siquiera hace reservaciones por llamada ni pide comida llamando ni llama para ver cómo están sus amigos. Dice “mejor mándame un whatzappaso”.

También le oirás decir “odio las llamadas de WhatsApp y de Messenger, hacen que pare de hacer lo que estoy haciendo y de todos modos no las contesto”. Pedro se enoja cuando lo llaman y se enoja aún más cuando el número es desconocido. ¿Por qué?

CUADRO DE INFORMACIÓN

La telefonofobia que es el miedo a hacer o recibir llamadas, literalmente significa “miedo a los teléfonos”. Las personas telefonofóbicas suelen preferir enviar un mensaje de texto o un email, y la simple idea de pedir una pizza por teléfono puede llegar a causarles un ataque de pánico.

Pedro, no estás solo

Y es que Pedro pertenece a la generación del texto, antes que la llamada, del audio, antes que la llamada, del correo antes que la llamada.

Algunas personas desarrollan incluso verdaderos ataques de pánico frente a una llamada. Y particularmente a los más jóvenes. 

Según un estudio de la Asociación Alemana del Sector Digital Bitkom, realizado en el año 2017, más de tres cuartas partes de los jóvenes utilizan el Messenger o los diferentes servicios de mensajes de texto para estar en contacto con sus amigos. En segundo lugar, se ubica la conversación personal, cara a cara, y las llamadas telefónicas solo son elegidas como medio de comunicación por solo poco más de un tercio de los consultados. 

En resumidas cuentas, aquí en la China y en Alemania, todos le huyen a contestar el teléfono. Pedro no está solo.

Parece ser un problema más generacional que geográfico, ¿por qué mamá adora hablar horas por teléfono y ama llamar a todos; por qué sus hijos lo detestan? Bien, su generación era la de las llamadas. Sencillamente ha sido algo que no heredamos de los Boomers.

Al respecto de este curioso tema, la psicóloga especializada en este tema, Uschi Schöllhammer del Instituto de Bamberg (Alemania) explica: “Los jóvenes tienen realmente más problemas que antes (…) La situación es difícil para muchos porque demanda una presencia mental absoluta”. 

Ella misma se dedica a ser entrenadora telefónica e imparte cursos para empleados de centrales telefónicas, en atención al cliente o para aprendices.  

via GIPHY

Ha explicado en diferentes estudios que todo “intercambio escrito” es más sencillo. Los correos electrónicos y los mensajes de texto o de aplicaciones de mensajería se pueden volver a leer y uno puede tomarse un tiempo para la respuesta. Por su parte, la llamada te exige mucho más, las respuestas y reacciones deben darse de inmediato. Eso es lo que desagrada tanto.

Además de esta incomodidad de la rapidez, se suma que no estás viendo a la otra persona con la que hablas. “Esto hace que hablar por teléfono sea un poco perturbador”, dice Schöllhammer. Cuando el interlocutor no responde, no se ve si está nervioso, desatento, distraído o simplemente no entiende.

El otro gran motivo empresarios VIP

Los hombres de negocios suelen tener reglas inquebrantables que les aseguran el éxito, una de estas fue revelada por Sabri Suby en su libro “Sell like crazy”, ahí detalla que cada persona debería organizar sus prioridades diariamente y colocarles claras jerarquías.

Suby recomienda solo prestarle atención a las actividades que te generen alto rendimiento y quizá contestar llamadas (que no son de negocios claros o seguimientos reales) solo sustraiga tiempo sin que si quiera lo notes.

Si contestar llamadas te quita tiempo y te roba 15 minutos, 30, 45 o más, pero no te genera un logro o un avance, simplemente evítala, porque tu activo más preciado es el tiempo y ese ya nunca se recupera.

Este tipo de empresarios y hombres de éxito, se organizan de tal manera que, puedan comunicarse con sus seres queridos y sus contactos, pero solo en momentos que no interfieran con sus proyectos de vida.

Bien entonces, si sabes de un empresario o emprendedor que no te contesta, este puede ser el motivo, escríbele que ya él te atenderá.

Del desagrado al ataque de pánico

Del desagrado de contestar una llamada a sentirse verdaderamente perturbado hay distancia; sin embargo, es más común de lo que pensamos. Al consultorio de la médica Christine Rummel-Kluge acuden personas para quienes las llamadas telefónicas son un verdadero problema. Detalla los síntomas incómodos: «Sudor frío, palpitaciones, sequedad en la boca, síntomas como en un ataque de pánico».

La profesional, que dirige una clínica ambulatoria especial para trastornos de ansiedad en el Hospital Universitario de Leipzig (Alemania), asegura que ese tipo de casos no son raros y en general aparecen en el marco de fobias sociales. La doctora concluye algo muy similar como raíz de este problema, explica que se trata de que la comunicación directa demanda mucho esfuerzo a sus pacientes.

«Una paciente tuvo que quejarse porque su calefacción no funcionaba y tenía miedo de decir algo equivocado», dice Rummel-Kluge. Estas personas prefieren entonces, según detalla, escribir un correo electrónico o dejar que los conocidos se encarguen de la llamada.

Ambas sugieren que lo mejor es afrontar el problema pues de no hacerlo solo se acrecentará.

¿Algunos tips contra la telefonofobia?

No todo es drama, hay una buena noticia y es que el hablar por teléfono se puede entrenar. Incluso si hay razones más profundas detrás del miedo a las llamadas telefónicas el miedo se puede superar y controlar.

Si tienes que hacer una llamada:

  • Anota los mensajes importantes de antemano
  • Ve tachando lo que ya hayas dicho
  • Estimúlate a hacer llamadas
  • Empieza con las llamadas más fáciles
  • Practica respuestas lógicas. Prepara algunas frases como “gracias, lo tomaré en cuenta”, “que estés bien”, “acordemos esto, por ahora, y seguimos comunicándonos vía WhatsApp”
  • Sonríe, sí, tan sencillo como sonreír y tomarlo por el lado positivo.

¡Mucha suerte!

Así que la próxima vez que alguien no te conteste la llamada tenle un poco más de paciencia, podría estar desarrollando una verdadera fobia y quizá tú ni te enterarías. O bien, puede estar priorizando su tiempo y sus llamadas y deberás optar por escribirle para sumar y no restar en su agenda.

Si estás en un punto de no retorno, busca ayuda profesional, comparte tu problema con familiares y amigos, explícales lo que te ocurre y ve a tu psicólogo de confianza. Como Pedro de nuestro ejemplo, hay millones, pero el detalle está en no dejar que la fobia controle tu vida.

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