La startup Neuralink ha llevado la ciencia y la tecnología al límite, cada día encuentra más enemigos, pero nada detiene sus avances.

Quizá lo más cercano que como masa conocemos, hasta ahora, sobre modificaciones cerebrales son las válvulas que se colocan para el correcto funcionamiento de arterias y venas o bien, los implantes cocleares diseñados para que las personas discapacidad auditiva logren percibir algo similar a un sonido (éstos se ubican, sí, en el cráneo, pero van en el oído interno). Nada transformador, nada que modifique ese órgano maravilloso que gobierna nuestro cuerpo.

Es por eso que hablar de colocar un implante dentro del cerebro es algo que genera ruido y expectativas mundiales. Si detrás de una idea así se encuentra el hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, el mundo guarda silencio y comprende que la ficción comienza a ser realidad.

La llegada de Neuralink

Neuralink es la compañía de Elon Musk que se creó para poner en marcha interfaces cerebro ordenador (BCI), con las que el humano tendrá acceso a ordenarle al cerebro una acción y no al revés.

Se ha dicho que esta tecnología ayudaría a personas con lesiones cerebrales para recuperar movilidad, sensibilidad y volver a una vida normal tras accidente cerebrales importantes. Sin embargo, el otro uso de esta nueva ciencia aplicada se centraría también en potenciar las capacidades humanas para competir contra las máquinas.  Nuevamente alcanzar la ficción, aquello de los X-MEN vuelto realidad, para decirlo en palabras llanas e inelegantes.

Ya desde 2016 Musk soñaba con esta nueva opción y anunciaba que con unos 100 millones de dólares iniciaría Neuralink.

Nadie apostaba por la oveja negra de la familia

Gracias la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) se supo que Neuralink había recaudado en un año26,96 millones de dólares, cifra lejana a los 100 millones de dólares en acciones que se pusieron a la venta por aquel 2016. Bien entonces los inicios fueron lentos y Musk defendió, incluso públicamente que no necesitaba de inversionistas.

Con 12 inversores de nombres desconocidos, nacía entonces la empresa de Musk menos querida y famosa. Sus otros orgullos Tesla, SpaceX, OpenAI y The Boring Company, distaban mucho de los señalamientos que tenía Neuralink. La oveja negra de Musk.

Se le tachó de abuso animal, de jugar a ser Dios, de que las modificaciones humanas no eran necesarias, sin embargo y contra todo pronóstico, Neuralink ha sobrevivido y crecido año con año.

En julio de 2019, por fin la historia cambió y este monstruo de la tecnología recibió 158 millones de dólares en inversión, de los cuales 100 salieron de las arcas de Musk.

Con unas 100 personas trabajando tras este sueño de unir hombre y máquina comenzaron las experimentaciones en animales y allí Neuralink volvió a ser noticia.

Experimentaban con monos, ratas y cerdos y los defensores de los animales montaron guerra contra Musk. Sin embargo, la compañía aseguró que iniciaría pruebas con humanos en 2020.

¿Qué han logrado hasta ahora?

Ese mismo año (2020) hicieron una demostración de la tecnología con un cerdo y un año después mostraron a un macaco jugando con un sencillo videojuego, tan solo con su mente.

La pandemia también retrasó sus avances y hace tan solo un mes, en enero de 2022 aceptaron el retraso en el inicio de dichas pruebas.

Hasta ahora, en Neuralink se ha logrado crear un implante cerebral que tiene electrodos de apenas una décima del grosor de un cabello humano, éstos van insertos en el cerebro por un robot especializado para esta tarea y se elimina así el margen de error humano.

Se sabe que, detrás de la oreja se situaría el transmisor de la información recogida, la cual sería enviada a un receptor que puede ser incluso un teléfono celular.

En resumen, la idea es poner al servicio de cualquier usuario una forma de Interfaces Cerebro-Computador (BCI) basada en un pequeño implante cerebral.

Rechazo y repudio generalizado

Todo indica, hasta ahora, que el talón de Aquiles de Neuralink, son los experimentos en animales.

Recientemente la startup ha sufrido un ataque mundial que los coloca en los tabloides como los malos de la historia. El Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM, por sus siglas en inglés) interpuso una queja ante el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, denuncian «experimentos invasivos y mortales» en monos.

Lo que nació como una novedosa idea para colocar implantes cerebrales para tratar lesiones neurológicas o de la médula espinal, ahora es un ir y venir entre ONGs y Neuralink por uso de animales.

Según se supo por la denuncia, en la Universidad de California en Davis (UCD) (financiada por Neuralink) «se les extirpó parte del cráneo para implantarles electrodos en el cerebro» como parte del desarrollo de la interfaz. Con esto, entre 2017 y 2020 Neuralik y el personal de la universidad violaron la Ley Federal de Bienestar Animal al no velar por la salud física y psicológica de los ejemplares.

Incluso se señaló de no proporcionar «tratamiento psicológico» a los primates.

La denuncia llegó tras analizar más de 700 páginas de documentos, registros veterinarios y reportes obtenidos por medio de una solicitud de transparencia hecha a la Universidad de California Davis. El maltrato indica mutilación cerebral, mala calidad de experimentación, sufrimiento animal y muerte sin atención médica, provocación de traumas faciales, uso de jaulas y convulsiones a causa de los microchips,  infecciones y sufrimiento extremo.

El diario The New York Post, que tuvo acceso a la demanda, detalló que 15 de los 23 monos del experimento debieron ponerse a dormir.

Sin embargo, hasta ahora no hay pruebas públicas únicamente las legales a las cuales solo los implicados en el caso tienen acceso.

La respuesta oficial del portavoz de la universidad indica que su trabajo con Neuralink finalizó en 2020 y que el proyecto había sido «aprobado minuciosamente», «estrictamente regulado» y cumplía todas las leyes. «Nos esforzamos por brindar el mejor cuidado posible a los animales a nuestro cargo», detalló.

Neuralink ha lanzado toda una campaña para desmentir a sus denunciantes:

No se detienen

Por su parte Neuralink se centra en publicitar en este momento que su neurotecnología pronto se llevará a cabo ensayos clínicos en humanos.

En diciembre pasado, Elon Musk se mostró optimista en cuanto a la posibilidad de poder instalar los primeros chips ya este año.