Una de las startups de bio-tecnología que más ha sorprendido en los últimos años, sin duda ha sido Theranos, tanto por la magnitud de la inversión que logró levantar (700MDD), así como su caída en 2016, cuando The Wall Street Journal, destapó la realidad de su propuesta de valor.
Elizabeth Holmes, enfrenta el esperado juicio en su contra por la acusación de fraude electrónico, mismo por el que podría enfrentar 20 años de prisión, millones de dólares en multas, así como su inhabilitación para trabajar en el sector biomédico.
Se trata quizás, de uno de los rostros más representativos de Silicon Valley. Los reflectores del mundo se voltearon hacia Holmes en 2016, cuando se dio a conocer que Theranos, una tech-company valorada en 9,000MDD, no tenía la capacidad de analizar sangre, y que lo hacía tercerizando el servicio con la cadena Wallgreens.
Sunny Balwani el gestor de la trama
Los abogados de Holmes buscan argumentar que la empresaria fue víctima de abuso machista durante más de 10 años. Concretamente a manos de Balwani, jefe de operaciones de Theranos y con quien Holmes sostuvo una relación sentimental.
Siendo 20 años mayor que Holmes, Balwani comenzó a «monitorear sus llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos», cita la defensa. Además se le acusa de violencia física y verbal durante los años que trabajaron juntos, así como argumentan que «cualquier éxito que tuviese en el negocio sería gracias a él».
Todo esto buscaría dejar a Elizabeth Holmes como otra víctima más en el caso de las máquinas de análisis de sangre falsas. A manos de Sunny Balwani, resultando que Holmes habría sido manipulada cual marioneta que actuaba por miedo a las consecuencias.
