Estados Unidos ya no pedirá a los viajeros internacionales un test negativo de COVID-19 realizado en las últimas 24 horas para ingresar al país.
Este viernes 10 de junio altos funcionarios del gobierno de Joe Biden han informado públicamente que los viajeros internacionales podrán ingresar a su territorio sin someterse a la prueba de COVID-19 en el plazo de 24 horas antes de sus vuelos.
Con esta nueva norma se relajará uno de los últimos mandatos gubernamentales, más fuertes, destinados a contener la propagación del coronavirus en tierra norteamericana.
El cambio entrará en vigor a partir de la medianoche del domingo 12 de junio, según explicó CNN.
Podría revertirse
Según EFE, el cambio no es medida definitiva puesto que los CDC (Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) del Servicio de Salud Pública de los Estados Unido) volverán a evaluar esta decisión en 90 días.
Tras ese tiempo decidirán si el requisito de los test COVID debe volver a implementarse o no.
Por su parte, Kevin Muñoz, uno de los portavoces de la Casa Blanca, confirmó la información desde su cuenta oficial de Twitter.
El anuncio oficial se producirá este viernes y supondrá el fin de una de las principales medidas del país norteamericano para prevenir el contagio del virus con viajes internacionales.
Las restricciones de salud, que incluían este resultado negativo, se implementaron en enero de 2021 y fueron específicas para viajeros internacionales.
El mandato implementado por el presidente estadounidense, permitía que quienes estuvieran completamente vacunados mostraran un resultado de prueba negativa dentro de los tres días previos al viaje.
Las personas no vacunadas tenían que presentar una prueba realizada el día anterior al viaje.
El único requisito que no cambiará es el que indica que aquellos que no son ciudadanos ni residentes permanentes deberán presentar documentación para probar que están vacunados contra la COVID-19.
Desde febrero de este 2022 las aerolíneas estadounidenses presionaban al gobierno para que esta medida cambiara.
Aducían que el requisito de estas pruebas se había vuelto obsoleto con la llegada de la variante Ómicron y con la tasa alta de vacunas en suelo norteamericano. Además, solicitaban se tomara en cuenta los grandes avances en cuanto al cuidado, tratamiento y prevención del COVID.
