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Juan Fermín Rodríguez: Ideas que iluminan

Kingo es un modelo de ventas de servicios de consumo masivo, que permite a mucha gente tener un servicio eléctrico cuando antes no lo tenía.

Kingo Energy es uno de esos emprendimientos que van más allá de crear fortuna. Juan Fermín Rodríguez, CEO y fundador de Kinfo Energy abastece de energía eléctrica a comunidades rurales en Guatemala, las cuales no cuentan con acceso a este servicio tan básico.

La idea fue gestada por Juan Fermín, quien se ha logrado abrir brecha y formar una compañía que operara en Guatemala para beneficiar a miles de familias. La visión de este entrepreneur va más allá, puesto que actualmente tiene más de 40 000 sistemas. Su objetivo es que para el 2020 puedan estar funcionando un millón de sistemas de distribución de energía eléctrica Kingo.

¿Cómo inició Kingo?

Kingo es un esfuerzo que inició por la colaboración de distintas personas que querían alinear sus actividades cotidianas a sus valores. Muchos de los que estamos involucrados desde el principio, trabajábamos en empresas de consumo masivo, en telecomunicaciones, bancos y otras áreas; sin embargo, atravesando un proceso personal nos dimos cuenta que no estábamos dejando un buen impacto en la sociedad y el medio ambiente.

Investigando nos dimos cuenta de la falta de acceso a la electricidad en Guatemala, y que no han sido suficientes las donaciones de las fundaciones y las ONG que regalan el servicio de energía, para generar un impacto a nivel nacional. Fue así como inició Kingo, con personas que querían impactar a través del mercado energético, y con ese enfoque consolidamos nuestra misión de erradicar la escasez de electricidad.

El 20 % de la población mundial está vinculada a extrema pobreza, altos niveles de analfabetismo y bajo desarrollo humano.

El 20 % de la población guatemalteca no cuenta con servicio eléctrico, son casi 3 millones de personas; en el mundo cerca de 1.3 billones de personas no tienen energía eléctrica y hay una alta correlación entre el bajo desarrollo y la tasa de electrificación, es decir, donde menos energía eléctrica hay es donde más pobreza hay, menos educación, menos salud…

Descubrimos que había una gran oportunidad, no solo de generar impacto, sino también de mercado y que con nuestra experiencia de consumo y desarrollo de canales de distribución, podíamos proponer una solución que fuera altamente escalable y rentable; así también que las energías renovables representaban una oportunidad inmensa de cambiar el status quo de cómo opera la sociedad hacia algo más sostenible.

De esta manera creamos  Kingo, un modelo de ventas de servicio y de consumo masivo, que permite que mucha gente que antes no tenía un buen sistema de energía eléctrica, ahora lo tenga.

Las personas que adquieren el producto o servicio en primera plana, alrededor de ellas se van generando las cadenas de valor.

¿Cómo lograron llevar energía a las aldeas?

Visitamos varias comunidades para saber cómo era el sistema que ellos tenían, y así comprender cómo vivían, enfrentándonos a problemas grandes como la distribución para llegar a las comunidades más aisladas y marginadas en términos de distancia y de alcance. Tuvimos que entender cuál era la realidad para crear un canal de distribución que fuera altamente efectivo,  y que cada eslabón de esa cadena estuviera bien incentivado. Creamos nuestros propios modelos de distribución.

Las tiendas no pueden faltar en esas comunidades, por ello, cada tendero se encarga de vender recargas de Kingo a través de una app, que nosotros mismos desarrollamos; esta, les permite a ellos generar recargas con su número de Kingo. La aplicación tiene un algoritmo que genera un código  que debe ingresarse al sistema para que se  recargue de energía.

Este es un negocio en el que todos ganan ya que el tendero gana el 6 % de comisión por cada recarga vendida. Cabe aclarar que no cobramos por costo de instalación ni por el costo del Kingo, solo cobramos por el servicio de energía eléctrica.

¿Qué porcentaje de personas utilizan el servicio?

Cuando iniciamos en el 2013, habían 500 000 lugares sin luz. Actualmente, 14 200 hogares están usando nuestro servicio, a finales de este año 42 000 sistemas serán instalados; solo en abril de este año se instalaron 2 500.

Diariamente 50 000 personas utilizan nuestro servicio. Esto es la confirmación de que el modelo funciona, que nos ha permitido atraer inversión local e internacional. Estamos en una etapa de crecimiento exponencial en donde estamos adquiriendo más capital para seguir creciendo.

Juan Fermín Rodriguez fundador de Kingo Energy. / Fotografía: Revista Win - Eduardo Quintero
Juan Fermín Rodriguez fundador de Kingo Energy. / Fotografía: Revista Win – Eduardo Quintero

Kingo brinda energía eléctrica a comunidades remotas a un costo accesible.

Estamos operando y levantando capital como lo hacen las empresas de Silicon Valley. Queremos ser una empresa que valga un billón de dólares de aquí a los próximos cinco años, lo cual va a significar tener un millón de usuarios en el 2020, con eso seremos una empresa que vende cincuenta millones de dólares al año.

¿Cómo ha sido el crecimiento de la empresa?

En las primeras etapas el crecimiento ha sido más paulatino, pero en el 2015 se aceleró dramáticamente.

Durante los primeros años estuvimos validando el modelo de negocio, la tecnología, el canal de distribución…, porque no solo desarrollamos los sistemas de hardware, sino  también todo el software que lo acompaña; la aplicación del tendero y una aplicación interna que nos permite tener un mapa con las más de diez mil casas que están utilizando actualmente el servicio, ubicando exactamente dónde están las casas y cuánto están consumiendo en tiempo real. En eso se basa nuestro éxito, en que podemos monetizar a los consumidores y saber si son buenos o malos clientes, tenderos o comunidades.

Pasamos de tener un piloto de 50 hogares en el 2013 a un piloto de 600 hogares en el 2014, y solo en el 2015 pasamos de 600 a 10 000.

Actualmente somos 150 personas laborando para la empresa, esperando que a finales de este año hayan 350 trabajadores, esto confirma que somos generadores de empleos seguros. Además contamos con la «Universidad Kingo», una plataforma creada para entrenar a todas las personas que trabajan con nosotros, de modo que entiendan la filosofía, visión, misión… y entiendan cómo trabajamos y la calidad con la que lo hacemos; todo eso, desde sus teléfonos móviles.

Este año queremos expandirnos a Honduras y Nicaragua, el siguiente año a Haití y en el 2018 a África; así como lograr que en cinco años, más de 1 300 personas formen parte del equipo Kingo.

¿Cuál consideran que es la clave para que su emprendimiento, —a diferencia de muchos otros— tenga éxito y continúe en pie?

Hay dos claves importantes en el emprendedurismo: la primera es la pasión, que es lo que está arraigado al deseo personal de hacer algo que tenga mayor impacto.

La segunda es la proactividad, es decir, tirarnos al campo y hacerlo todo. Ahí es justamente donde todo emprendedor se vuelve un todólogo; esa es la magia, porque se aprende de todo.

Su red de franquicias se expandirá gradualmente: 2016 Honduras y Nicaragua; 2017 Haití; 2018 África.

kingo-graphicsEl emprendedor debe comprender que para levantarse es necesario pasar por distintas etapas, incluso, uno mismo no inicia recibiendo un salario. Hay una falsa idea de que a los seis meses de un emprendimiento se va a generar mucho dinero. Antes de Kingo trabajamos durante seis años en otro proyecto similar pero no funcionó, estábamos confiados en nuestra visión, sabíamos que había una oportunidad; la paciencia fue clave para poder llegar a ese punto. En total llevamos cinco años trabajando bajo esta visión.

¿Cuándo es el momento correcto para que un emprendimiento pueda hacerse de financistas e inversionistas?

Al ser emprendedor uno espera que con la idea que se tiene se logre penetrar fácil y rápido al mercado. La idea usualmente es una idea «romántica» con la que creemos seremos exitosos. En el proceso inicial del emprendimiento esa idea romántica puede ser una gran barrera, porque uno puede pasar mucho tiempo dedicándose a desarrollarla, dándole por mucho tiempo varios recursos, para que luego se dé cuenta que esa idea no era lo que esperaba.

En la etapa inicial vemos cómo podemos validar algo en el mercado con la menor cantidad de recursos posibles, pero esto es contrario a lo que por falta de experiencia se hace.

A veces no son necesarios muchos recursos para generar tracción, porque al final lo que necesitamos para atraer a un inversionista no es una buena idea; se necesita de tracción y validación para acercarnos a los inversionistas.

Con la experiencia suficiente en el emprendimiento, ¿qué considera que deben saber los emprendedores al momento de iniciar su propio negocio?

En el emprendimiento debemos entender que no podemos hacerlo solos; se necesita de un equipo de personas que sean iguales o más capaces que uno mismo, pero lo más importante es que tengan pasión al hacerlo, esa es la gasolina de la paciencia. Debe haber una pasión por hacer algo que esté alineado con nuestros valores y nuestros deseos.

En las pequeñas empresas el cambio debe ser parte de la cultura, eso es clave para que no seamos reacios a él; hay que hacer los cambios que sean necesarios las veces que sea posible, pero esto no debe incluir la visión o la misión porque es la gasolina del negocio.

Es más fácil levantar una empresa junto a una persona o contrapartida que sea nuestro complemento, que hayan al menos dos cabezas que la dirijan; lo importante es trabajar en equipo y generar valor a través de una dinámica de apoyo mutuo.

En el 2015 Kingo fue nombrado emprendimiento del año por los premios Citi y la Universidad Francisco Marroquín, ¿qué significó este premio para ustedes?

Ganamos en tres categorías: premio de innovación, premio de sostenibilidad y emprendimiento del año.

Este premio nos ayudó a tener una mayor exposición, además de que la validación que da un premio de este tipo muestra la importancia del emprendimiento y de la nueva ola de inversión que ha surgido en Guatemala.

El premio nos ha ayudado a acrecentar los recursos para invertir en más investigación y desarrollo. En la etapa de crecimiento el apoyo económico es la clave; nos ha ayudado a acrecentar los recursos para invertir en más investigación y desarrollo, permitiéndonos tener una mayor capacidad instalada en el equipo de ingeniería.

 

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