El último informe de competitividad mundial ubicó a Chile en el segundo lugar a nivel internacional en actividad emprendedora en su etapa inicial y el tercero en el ranking de competitividad a nivel americano, solo por debajo de Estados Unidos y Canadá.
Los datos anteriores apuntan a un ecosistema que apuesta por una diversificación en el sector económico, ya que no dependen solamente de un único sector productivo; por tal motivo, los resultados que se vislumbran son un crecimiento de largo plazo.
Según datos de Start-Up Chile, emprendimientos como Cornershop —cuya actividad se centra en las compras locales sin que el cliente salga de su casa y Notco, quienes ingeniaron formas de comer saludable sin sacrificar el sabor—, hicieron noticia a nivel mundial por su rápida escalabilidad.
La adaptabilidad de estas empresas aumentó su valor al ser conocidas como “empresas unicornio”, –empresas que alcanzan una valoración de 1000 millones de dólares sin siquiera cotizarse en la bolsa de valores–.
Financiamiento para emprendedores
Uno de los factores de los que poco se habla, pero que no por eso deja de ser esencial, es la ayuda que se le brinda a los emprendedores en dicho país. Por ello existen varios incentivos, tanto a nivel gubernamental como privado, que ayudan a financiar nuevos proyectos en Chile.
Tal es el caso de “Capital Semilla”, programa que le permite al emprendedor obtener un subsidio de hasta 3.5 millones de pesos. Dicho programa está dirigido a chilenos o extranjeros mayores de 18 años que cumplan con una serie de requisitos, entre los que se destaca el hecho de no haber sido beneficiado por otra convocatoria “Emprende”.
También está el financiamiento otorgado por la Universidad Católica y el Banco Santander llamado “Brain Chile”; que ayuda a emprendedores con proyectos con base científica y tecnológica y que reparte más de 60 millones de pesos (74 mil dólares aproximadamente).
Existen además otros programas de ayudan al emprendedor como: Yo emprendo, Capital abeja, The S Factory, entre otros. Aunque el éxito de estos programas es crear un clima de incentivos que vaya en todas direcciones para que la persona se decida a emprender siguiendo una idea productiva.
Incentivar al emprendedor
La cadena de incentivos para que un empresario decida dejar la comodidad de un sueldo y decidirse a emprender debe producirse también desde el gobierno de un país. En este contexto, no es lo mismo un emprendedor que no tiene apoyo para lanzar un producto y que encima debe esquivar las trabas impositivas de su país, a aquel que tiene una base noble para hacerlo.
Chile tiene leyes que incentivan a los emprendedores locales, como el pago de impuestos, la apertura de nuevos negocios, además de regulaciones distintas a la de grandes empresas multinacionales.
Otro aspecto para incentivar las buenas ideas de emprendimiento es el de la comunicación masiva. En Chile, por ejemplo, existen eventos que aglomeran a las personas con intereses similares y que, a pesar de la pandemia, se siguen dando. De esta manera se crean relaciones estrechas con otras personas o coworking.
Los medios de comunicación también están dispuestos a servir en pro de esta función. Esto significa que generan contenido para que sea leído por una masa crítica que está dispuesta a aceptar el reto. De esta forma se crea una cultura que socialmente acepta y respeta la idea del otro.
Aunque según datos de Start-Up Chile todavía hay mucho camino por recorrer; el nuevo gobierno del presidente electo Gabriel Boric seguirá teniendo como reto, crear condiciones para que el capital para emprendedores se genere de manera local, tanto mediante el fortalecimiento de los programas que ya existen, como mediante la confianza a nuevos inversionistas.
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