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Lecciones de Juanish Rodríguez, fundador de Kingo Energy

Todavía tenemos la perspectiva de convertirnos en Unicornio; tenemos la tecnología, el mercado, los aprendizajes, somos líderes a nivel global en este sector, así que, solamente nos está tomando un poco más de tiempo.
Ilustración: Win.gt

Luego de un poco más de tres años de que Leonardo DiCaprio, el actor y ambientalista se unió a la lista de inversores de la startup guatemalteca Kingo Energy, conversamos con su fundador y CEO Juan Fermín Rodríguez.

Probablemente uno de los retos más fuertes del ecosistema de negocios en Guatemala es que, aún hay mucha indiferencia en temas de inversión, por ello, historias como la de Kingo, suelen ser como un designio para muchos otros emprendedores que buscan levantar inversión en su propio país.

El headquarter de Kingo se encuentra en el edificio OEG, uno de los primeros en construirse en 4 Grados, en la ciudad de Guatemala y que alberga a otras startups de este tipo. Grupo OEG, creó una firma de capital privado llamada E10, la cual busca invertir e impulsar en emprendimientos enfocados en energías limpias y tecnologías relacionadas a energía.

Durante la entrevista con Juanish, conversamos entre otras cosas, de inversión y fracaso; dos conceptos que todo emprendedor deberían enfrentar para crecer.

¿Qué impulsa a un emprendedor a desarrollar un negocio como Kingo Energy?

Un emprendimiento no es un trabajo, es una forma de vida. Para mi Kingo ha sido una manera de manifestar mis valores, de poder alinear mis actividades cotidianas y experiencias a ello; para lograr desarrollar esta visión que hoy llamamos Kingo.

Desde pequeño mi padre me inculcó la importancia de tener una vena social en mis proyectos. Así asegurarme de que mi trabajo pueda generar desarrollo. Me llevó desde muy temprana edad a conocer la Guatemala profunda, para entender la necesidad de generar un valor compartido y eso me marcó muchísimo.

Te comparto una cita de Oscar Wilde: “Lo que vale la pena aprender no se puede enseñar”. Justamente eso, fue lo que me tocó junto con mis hermanos. En mi hogar muchas veces tuvimos incertidumbre económica, y en mi adolescencia junto con mis hermanos trabajábamos en una empresa de distribución de frutas y verduras. Así se desarrolló mi gen como vendedor, así que decidí unir ese espíritu con mis valores para desarrollar Kingo, con una misión clara de dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos.

Cuándo iniciaste Kingo, ¿Imaginaste llegar a donde haz llegado hoy?

Creo que uno nunca tiene una visión tan perfecta del futuro. Claro que he trabajado para hacer cosas más grandes porque creo que a través de la gestión de un ecosistema se puede generar algo grande. Hace algunos años, trabajé en una empresa de consumo masivo que tenía un alcance profundo, impactando la vida de cientos de personas. Eso penetró mi corazón, que cuando inicié Kingo, siempre nos hemos enfocado en ser un impacto para miles de familias. Eso es algo que podemos decir, que hoy en día cientos de miles de personas se benefician de nuestro trabajo; y que ojalá en un futuro sean millones de familias.

Todos tenemos la capacidad de incorporar una visión holística que impacte a muchas otras personas. Ahora con la globalización, el internet y las ideas alrededor del emprendimiento global, tenemos la obligación de pensar en grande.

¿Cómo lograste ser constante en la innovación y el crecimiento?

Personas. Desde nuestro inicio, Kingo ha apostado por las personas a través de una visión, generar en ellos una conciencia respecto a lo que queremos ser. También, nos hemos nutrido de nuestros fracasos, que es algo fundamental en cualquier emprendimiento, fracasar te lleva a innovar y a generar una propuesta de valor sostenible y escalable.

¿Has fracasado en Kingo?

Podríamos pasar unas cuantas horas hablando de fracasos. Si puedo mencionar alguno es que, cuando levantas capital, el deseo es ejecutarlo rápido y acelerar el crecimiento, pero eso te puede llevar a crecer fuera de un entorno donde todas las variables estén validadas. Algo que nos pasó es que quisimos ir demasiado rápido en una de las etapas y eso nos llevó a mercados donde no podíamos mantener las mismas premisas que tuvimos durante la etapa inicial y nos hizo retroceder. Ante estos fracasos, logramos constituir una estrategia mucho más sólida y robusta, con nuevas verticales de negocios y perspectivas de crecimiento y mayor solidez.

¿Cuáles son eso nuevos verticales de negocio en Kingo?

Las relaciones con clientes individuales que utilizan nuestros sistema solar prepago (B2C), la cual sigue siendo la principal. Sin embargo nos dimos cuenta que nuestro modelo de servicio era de interés para gobiernos, así fue como creamos nuestra segunda vertical B2G (Business to Goverment), en la que podemos ofrecer nuestro modelo de negocio para sustituir la extensión de la red eléctrica que es, prohibitivamente costoso crear una red tradicional a estas comunidades.  

Nuestra tercera vertical, es hacer negociaciones con corporaciones (B2B), a las cuales les ofrecemos multiplicar el tamaño de su mercado. Ya que se limitan a ofrecer sus servicios en las áreas urbanas. Por ejemplo, una embotelladora no podía llevar sus cámaras de frío a tiendas en comunidades sin acceso a la energía eléctrica, nosotros podemos ampliarles el mercado hasta un 800% con nuestra solución.

¿Cuál es el impacto que está generando Kingo actualmente?

Actualmente operamos en Guatemala y Colombia, y pronto estaremos haciendo pruebas piloto en Panamá. Nuestro plan es replicar nuestra verticales en estos países. Estamos llegando a los 200 empleos directos, y un aproximado de 1 000 empleos indirectos.

Nuestra expectativa para 2,024 es llegar a 200 000 viviendas, actualmente llegamos alrededor de 30 mil. Queremos crecer entre 8 y 9 veces lo que tenemos hoy.Esto lo podemos lograr a través de la consolidación de todo lo que venimos trabajando en una pequeña escala, para multiplicarlo a una escala mucho mayor.

¿Puedes resumir en 3 consejos estos años de aprendizaje en Kingo?

1. Usando una analogía, diría que “Si quieres llegar a la luna, no construyes un cohete”. Primero, construye una patineta, pruébala, úsala. Después construye una motocicleta, luego el carro, el avión y de último el cohete. Esto permite reducir el riesgo. Para validar si un producto tiene espacio en el mercado, esos primeros pasos son elementales. Así poco a poco empiezas a tener seguridad de cuándo meter el acelerador.

2. Rodearse de un equipo de personas que permitan que la visión del negocio se sostenga, y que complementen tus capacidades como emprendedor.  Yo nunca he emprendido solo, siempre he buscado rodearme de personas que me complementen; “Es mejor compartir un pastel grande, que tener un pastel pequeño solo para uno”.

3. Tenemos la oportunidad de crear nuestra versión de Silicon Valley, dónde la innovación esta enfocada en resolver problemas que tenemos en nuestros países en vías de desarrollo. Hay muchos problemas sociales que podemos solventar con modelos disruptivos y economía compartida. Así que apoyemos nuestra ecosistema local y apostémosle a Guate.

En tu opinión ¿Cuál debe ser el enfoque de un emprendedor?

Buscar que nuestro negocio sea sostenible, para que sea más rentable. Así lograrás tu misión de impactar a más personas.

El emprendimiento es un brinco al vacío, al caos e incertidumbre. Si logramos tener como fundamento nuestra visión, se nos va hacer más fácil ese brinco a la incertidumbre. Nuestro deseo en Kingo es encender vidas, eso nos ha mantenido en pie en momentos difíciles. El enfoque siempre debe ser mantenernos alineados a nuestros valores antes que al dinero.

¿Cuál es tu consejo para aquellos que están buscando levantar inversión? 

Como mencioné antes, no necesitan tener un cohete para levantar capital. Es mejor tener un producto que haya pasado la prueba con diez clientes, ha tener un prototipo caro que no haya pasado por las manos de ningún cliente. Para un inversionista es más válido que hayamos probado, cerrado e integrado.

Prueben lo más que se pueda antes de salir a buscar dinero; cuando ya tengamos algo validado, yo recomiendo levantar capital de riesgo y no poner nuestra casa en juego con una hipoteca. Es posible encontrar a esos inversionistas dispuestos a asumir ese riesgo.

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