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Made for Love, una serie futurista que mezcla amor y tecnología

¿Dejarías implantarte un chip en la cabeza para que funcione tu relación? Una serie de HBO Max que presenta un escenario, tal vez poco probable, pero que no deja de inquietarnos.
«Made for Love», nos cuenta cómo la tecnología puede afectar las relaciones humanas. Fotografía: Win.gt — Cortesías

HBO Max nos dio esta joya que habla de varios temas a la vez. Centrémonos en la tecnología:

>Spolier Alert> Con esta entretenida serie verás dedos volar por los aires, empleados callar las sucias verdades de sus jefes, egocentrismo puro, manipulación, una relación tóxica, disparos, una “compañera sintética”, humor negro a granel, el futuro de la tecnología y el adiós de la privacidad. ¡Platiquemos de esto último! (ya las relaciones tóxicas las dejamos para otro artículo).

Grosso Modo, ¿de qué trata?

Hazel Green se escapa de su matrimonio de diez años luego de que descubre que su esposo multimillonario y controlador Byron Gogol quiere implantarle un revolucionario chip para monitorearla. Se refugia en su ciudad natal junto con su padre, Herbert, y su pareja sintética Diane.

El viaje turbulento de Hazel para recuperar su independencia la encuentra luchando contra las capacidades terroríficas del chip, que le permiten a Byron rastrear a Hazel y extraer su «data emocional».

La primera entrega está protagonizado por: Cristin Milioti, Billy Magnussen, Kym Whitley, Ray Romano, Noma Dumezweni y Augusto Aguilera.

Sobre el libro que la originó

Una excelente medida para ver (o bien, evitar) una producción de cine o streaming es si esta está hecha con base en un buen libro. “Made for Love” cumple con esta exigente característica y por eso se va a la segura.

La chica del tren, el señor de los anillos, toda la saga de Potter y cientos de libros más dan fe que esta es una buena fórmula para el éxito.

La serie está basada en la novela del mismo nobre, de Alissa Nutting, una escritora que también escribió ‘Tampa’, una de las novelas más polémicas del 2013, según el diario británico The Guardian. ‘Made for love’ no se aleja de esta premisa. «Starcherone Books : Unclean Jobs” y «Alissa Nutting on the Horrors of Being a Woman on the Internet».

Una curiosidad de esta historia, es que cuando inició la adaptación surgieron dudas sobre si se podría llevar a la pantalla el humor maníaco de la narrativa literaria. No fue sino hasta deespués del lanzamiento que la respuesta de los críticos respaldó a la producción.

Una pieza clave para este logro, habrá sido que la misma autora también co- adaptó el guion junto al showrunner.

El aviso escalofriante de la tecnología

Ya Black Mirror nos había abierto los ojos y la conciencia frente a la tecnología, sin embargo, “Made for love” nos la presenta en un futuro demasiado cercano y muy posible.

La narrativa nos cuenta la historia de una mujer joven, Hazel, casada durante 10 años con el CEO y fundador de la empresa más grande de alta tecnología en los Estados Unidos. Ella descubre que ha estado involucrada en un nuevo producto, mejor dicho, que ella se ha convertido en un conejillo de indias y tiene el “nuevo producto” instalado (sin su consentimiento) en el cerebro.

Quedan expuestos sus deseos, pensamientos, vivencias y todo lo que vea o escuche. Se convierte en una cámara espía viva.

La joven huye del “Hub” donde vive, que no es más que una casa con super tecnología y donde la tienen super controlada y super absorta en vivir dentro de una realidad virtual que realmente no la hace vivir. Huye e intenta retomar su vida justo donde la dejó al conocer a su esposo, Byron.

Gracias a este dispositivo, su marido la espía, en todas partes y todo el tiempo, sin que ella lo sepa. Él desde donde esté puede ver, sentir y oír todo lo que su esposa vive. Además, de poder ubicarla geográficamente.

Sin problemas de WiFi, sin “mala conexión”, sin la barrera de los “x” metros de distancia de la tecnología actual y con el poder de un millonario, la serie nos ilustra cómo podría ser utilizada la tecnología para un amor tóxico.

Byron, no solo sabe dónde está Hazel, sino puede ver desde el ángulo de los mismísimos ojos de su esposa, puede verla desde ubicación satelital, en vivo; y puede incluso apagar y encender luces a su alrededor. Hacerle llamadas telefónicas a cualquier número de teléfono fijo o móvil del lugar donde se encuentre su esposa y… Por si fuera poco, puede incluso activar las alarmas de los autos a los que se acerca Hazel.

Con todo ese poder que nos lo demuestra casi como omnipresente y omnipotente, no solo le hace la vida imposible a su mujer, sino también nos muestra cómo puede jugar a ser un pequeño Dios.

Sin escrúpulos, límites o moral puede manipular, comprar o asustar a las personas que se encuentren en el círculo de su mujer.

Para empeorar aún más la situación, la tecnología que la protagonista lleva en la cabeza, se anuncia ante medios y el mundo entero queda expectante de la pareja que son los primeros usuarios de una tecnología “pro amor” que resulta ser todo lo contrario.

Ahora la pregunta sería la siguiente ¿qué tan cerca podemos estar de esta ficción?, quizá la respuesta sea peligrosamente cerca. Más de lo que imaginamos.

¿Hablamos más del Hub?

El Hub es el génesis tecnológico de la historia. El espionaje en su mejor expresión.

Es, en resumidas cuentas, un gigantesco cubo metálico donde se puede recrear una realidad virtual de tal nivel que es creíble y donde la actriz pierde el sentido de la realidad y sus sueños.

Siri, Cortana y Alexa, juntas, se quedan cortas. Es una casa-prisión donde ella es la única prisionera y se le avisa a qué hora comer, dormir, tomar el sol y donde incluso puede ranquear los orgasmos que su marido le provee.

Un tiempo atrás, la actriz, Cristin Milioti, quien encarnó a Hazel, de dijo a la agencia EFE:

“Hazel es una persona muy desconectada de sí misma. Y cuando la conoces en El Hub ella es como una actuación dentro de una actuación. Es como un robot perfecto y completamente ajeno a cualquier cosa que siente. Creo que ella no sabe cómo se siente y ha perdido el contacto consigo misma. Así que tiene que volver a su infancia para averiguar quién es y qué quiere”.

Esta desconexión en el Hub la lleva a una posición sumisa y a convertirse en un objeto más, dentro del maravilloso Hub.

En esa oportunidad también habló sobre el uso de la tecnología con este chip de control, y sobre eso dijo: «Me parece que parte de amar a alguien es querer el conjunto completo de ese alguien. No te tiene que gustar todo, pero sí aceptarlo y aceptarle como persona. No tener privacidad, no tener autonomía, tener miedo de pensar… Quiero decir, ¿qué somos sin el poder de nuestros propios pensamientos?”.

Y sí, deberíamos de pensar y repensar ¿qué somos sin el poder de nuestros propios pensamientos?…

En resumen

Si quieres ver una serie que te vuele la cabeza, que incluya tecnología y que mezcle el amor tóxico y el amor real, esta producción es para ti.

Por ahora, solo resta recomendarla, advertir sobre su humor negro y sus pocas escenas eróticas (no aptas para mentes cerradas) y también el trato que le dan a la experimentación de tecnologías en animales y humanos.

Dicho esto, la ves bajo tu cuenta y riesgo.

Y si la ves y te engancha, no podemos más que recomendarte “Years and Years”, otra de las series del catálogo de HBO Max que toca temas como el machismo y el transhumanismo con ayuda de la tecnología para mejorar sus capacidades.

Por ahora, nos quedamos analizando la relación entre privacidad y tecnología y el nivel de dependencia que estamos desarrollando ante la realidad virtual y la tecnología de punta.

El futuro es ahora y es una realidad cercana que debemos empezar a asimilar.

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