En Guatemala, la diversidad de emprendedores y emprendimientos es tan vasta como su rica cultura. Un aspecto particularmente intrigante es el emprendimiento impulsado por extranjeros que, tras visitar Guatemala, deciden quedarse, capturados por las amplias oportunidades que ven. En el UFM Acton MBA, hemos visto varios ejemplos de emprendedores que encajan en esta categoría, logrando levantar negocios que no solo prosperan localmente, sino que expanden su alcance a múltiples países. Esto plantea una pregunta interesante: ¿Qué ven estos emprendedores foráneos que quizás los locales no ven? ¿Existe alguna ventaja inherente al ser un emprendedor extranjero?
Desde mi perspectiva, un emprendedor extranjero posee el beneficio de una visión fresca. Al estar en un ambiente diferente, naturalmente perciben las cosas de manera distinta a aquellos acostumbrados al statu quo. La necesidad de adaptarse a un nuevo entorno fomenta una mayor sensibilidad para identificar problemas y buscar soluciones que, tal vez, no sean evidentes para los emprendedores locales.
Tomemos, por ejemplo, el caso de Steve Jobs y su visita a la India. Este viaje fue crucial para él, no solo en su desarrollo personal sino también en su trayectoria profesional. La exposición a diferentes culturas y formas de vida amplió su perspectiva, inspirándolo a adoptar enfoques innovadores que eventualmente revolucionarían la tecnología y la comunicación. Su habilidad para ver más allá de lo convencional, algo reforzado por sus experiencias de viaje, jugó un papel fundamental en la creación de productos revolucionarios en Apple.
Esta idea nos lleva al mensaje principal: al viajar, vemos las cosas desde una perspectiva distinta. Podemos observar cómo otros países resuelven problemas que son similares a los nuestros. Nos desvinculamos de nuestra rutina diaria y tenemos la oportunidad de observar atentamente cómo funcionan las cosas en diferentes contextos.
Concluiría argumentando que viajar es generalmente visto como un lujo, algo reservado para momentos en que se cuenta con dinero extra. Sin embargo, reconsiderarlo como una inversión puede ser mucho más fructífero. Viajar amplía horizontes y perspectivas, una herramienta invaluable para cualquier emprendedor. Al exponernos a nuevas culturas, entornos y formas de pensar, no solo enriquecemos nuestro entendimiento del mundo, sino que también fomentamos nuestra capacidad para innovar y emprender. Por lo tanto, más que un gasto, viajar puede ser una inversión esencial en nuestro crecimiento y desarrollo como emprendedores, abriendo puertas a nuevas ideas, oportunidades y colaboraciones que de otra manera podrían permanecer ocultas.
