La ubicación geográfica de Guatemala, su oferta hotelera, los protocolos de bioseguridad, la calidad del servicio y la adaptación a los cambios son algunos elementos que atraen de nuevo al segmento turístico de reuniones o negocios.

A pesar de que la industria turística ha sido de las más afectadas en el mundo por la pandemia COVID-19, las empresas buscan la manera de adaptarse a las nuevas normas de bioseguridad para volver a la normalidad en el mediano plazo.

Andreas Kuestermann, presidente del Buró de Convenciones de Guatemala, afirma que esa entidad ha reforzado varios pilares de trabajo, comenzando con la promoción del destino Guatemala con mensajes que resaltan el hecho de que el país está preparado para celebrar eventos, con la observancia de los protocolos de bioseguridad establecidos a nivel internacional e impulsados por el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT).

También se gestionan las reservaciones que quedaron pendientes, a efecto que estas no se suspendan o cancelen, sino que se posterguen. Mientras tanto, se trabaja en la capacitación del personal de los diferentes hoteles, de manera que se adapten a la modalidad de reuniones híbridas (presenciales y/o virtuales), según el color del semáforo COVID-19 en el área respectiva.

“Nada sustituye las reuniones presenciales, pues en los eventos virtuales se pierde un poco la interrelación. Sin embargo, hay que adaptarse, respetar los aforos limitados y el distanciamiento”, indica Kuestermann.

Ventajas competitivas y retos

Entre los factores que benefician a Guatemala como un destino ideal para el turismo de negocios, el empresario destacó la ubicación geográfica y su cercanía con México y Estados Unidos, aparte de la disponibilidad de 2,700 habitaciones y 250 salones en hoteles de lujo en la capital y en la Antigua Guatemala, entre otras ciudades.

El clima también es una ventaja, pues permite habilitar espacios para reuniones al aire libre y en contacto con la naturaleza tales como terrazas y jardines. Para las actividades de esparcimiento, también se cuenta con muchas poblaciones con atractivos culturales, arqueológicos y gastronómicos, sin recorrer grandes distancias.

Entre los retos para lograr la reactivación completa de este segmento turístico en el mediano plazo, Kuestermann reiteró la estricta observancia de los protocolos de bioseguridad, a pesar de que el país no ha sido afectado de manera tan severa por la pandemia, como ha ocurrido en naciones cercanas.

“Nuestros visitantes deben estar seguros de que en Guatemala encontrarán no solo atractivos naturales y culturales que se pueden sentir, ver, oír y palpar, sino que también nos preocupamos por su salud, aparte de que encontrará calidad, variedad y buenos precios”, concluyó.

Sellos de Bioseguridad Turística

Por su parte, el INGUAT informó que en seguimiento al refuerzo de las normas sanitarias que rigen en la actualidad, se apoya a la cadena de valor del turismo brindando el Sello de Bioseguridad Turística y Safe Travels para quienes cumplen con un proceso establecido y con ello se apoya a la recuperación de la confianza y seguridad de los visitantes.

El director de la institución, Mynor Cordón, señaló que “el compromiso del sector turístico por la reactivación responsable es evidente, por lo que se está entregando el Sello de Bioseguridad Turística del INGUAT y Safe Travelers, aparte de que se nombra Embajadores a los empresarios que se adhieren, quienes velan por la difusión, sensibilización, implementación y monitoreo de la correcta aplicación de las normas de bioseguridad, contempladas en las guías de buenas prácticas para los diferentes segmentos del turismo”.

A la fecha, más de 300 empresas ya están acreditadas con estos sellos con el fin de velar por el resguardo del turismo nacional e internacional, generando confianza en los mismos para la recuperación de este sector en el país.

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