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Carlos Melo: “Los indicadores macroeconómicos de Guatemala son sólidos”

“La competitividad de un país es la sumatoria de la competitividad de todas sus pequeñas unidades de producción y eso es la productividad, la cual termina impactando el mejoramiento del sector privado”.

El Grupo BID está compuesto por tres instituciones. El BID es la más conocida públicamente, que hace las operaciones más grandes orientadas principalmente a la inversión pública, en el sector público. BID Invest, que trabaja directamente con el sector privado con financiamiento en la estructura de proyectos. BID Lab, nuestro brazo más innovador en muchos aspectos, con temas de vanguardia; ha logrado resultados notables abriendo nuevas oportunidades y experiencias.

Estos son los tres brazos del BID que están en una misma filosofía, trabajando en diferentes niveles y buscando el desarrollo económico y social para lograr mayor crecimiento y bienestar de la población. Conversamos con Carlos Melo, representante del Banco Interamericano de Desarrollo —BID— en Guatemala, quien además ha sido representante de la institución en varios países de Latinoamérica como Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Brasil.

¿Cómo podría describir el funcionamiento del BID?

El BID trabaja con base en diagnósticos y a través del diálogo con los países para definir las brechas de desarrollo que se pueden apoyar con base en sus ventajas competitivas para superarlas. En el sector público trabajamos con garantía soberana, con operaciones de USD 250 millones en promedio. De manera general, estas operaciones se ejecutan con los órganos rectores de cada sector.

En cuanto al sector privado, BID Invest, instrumenta principalmente dos tipos de operaciones, una mediante financiamiento corporativo y otra mediante el esquema project finance; por otra parte, son catalizadores de muchos fondos privados que se suman al proyecto financiado por BID Invest.

BID Lab es a menor escala con proyectos o iniciativas que son de vanguardia; muchas de las cuales son disruptivas y de crecimiento exponencial, grandes ideas que se van traduciendo en pequeñas iniciativas que empiezan a arrancar y encuentran su mercado y satisfacen una necesidad que no estaba siendo satisfecha y después terminan en grandes operaciones. En el mercado hemos visto cómo de estas ideas han surgido empresas que son o han superado en varios dígitos las inversiones tradicionales, hasta esta nueva dimensión empresarial.

¿Cómo ve la recuperación económica de Guatemala?

Esta situación que tenemos hoy, me recuerda mucho a la frase de Warren Buffet: “Cuando bajan las aguas, se puede ver quién estaba nadando desnudo”. Aquí todavía estamos en el proceso de poder evaluar estos impactos y ver con mayor precisión cuál ha sido el golpe que ha tenido este año. Como todos conocemos ha sido una situación inédita y una crisis global, es algo sin precedentes. Aunque han habido proyecciones muy negativas, y otras medianamente positivas, yo creo que al final hemos encontrado un punto medio en el que las perspectivas se van materializando; por ejemplo la banda ancha a nos permitió encarar la situación, logrando mantener un nivel de actividad económica, y sin ese punto a favor el golpe hubiera sido más fuerte para el sector empresarial. Las empresas que sobrevivieron, o incluso muchas que nacieron a raíz de esta situación fueron aquellas que estaban bien dotadas de tecnología digital.

¿Cuáles son sus expectativas para este 2021?

Hay una gran oportunidad. Por suerte diría que los indicadores macroeconómicos en el caso de Guatemala son sólidos, lo cual es una buena base. Claro que hay un desafío de cómo enfrentar la reactivación, y hay muchísimas posibilidades de cómo generar empleo y actividad económica.

La parte buena es que hay esquemas en los cuales han habido consensos de parte de los sectores público y privado como lo es la propuesta Guatemala No se Detiene. De allí se empezará a trabajar y puede ser un eje central para una política de reactivación procurando apoyar el eje exportador y atracción de financiamiento para capital físico. Claro está que para poder garantizar una reactivación, tenemos que contar con una infraestructura básica; si no tenemos carreteras, educación, salud, agua potable, será más costosa, lenta y difícil la recuperación. Mejorar la eficiencia del sector público es positivo para lograrla en el sector privado.

La competitividad de un país es la sumatoria de la competitividad de todas sus unidades de producción, lo cual determina la productividad del sector privado.

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