El alma y los colores que caracterizan a Guatemala han logrado quedar plasmados en cada uno de los productos elaborados en el taller de confección de Thelma Dávila.

Su negocio empezó gracias a la elaboración de un bolso que Thelma había hecho para sí misma. Aunque para Dávila este era un bolso sencillo, a muchas personas más les pareció algo novedoso y empezaron a hacerle diversos pedidos, tantos, que en un período de cuatro años logró elaborar más de cien bolsas diferentes, sin contar con mano de obra. Al ver que estaba comercializando un producto que estaba siendo rentable decidió dedi- carse y abrirse camino en un mercado que comenzaba a emerger con productos elaborados con telas típicas.

Sin suficiente capital que respaldara su inversión, Dávila decide crear su propio negocio y, en el 2013 lanza su marca, Thelma Dávila. Inició a operar como una empresa formal y contrató a más personal para cubrir todos los pedidos, además de crear una estrategia para que su marca fuera una de las más conocidas del país.

Para diferenciar sus productos y marca de otros negocios que estaban haciendo lo mismo, Thelma se enfocó en la personalización; elabora productos de acuerdo al gusto y pedido de las personas. Orientó su negocio en el diseño, elaboración y personalización de productos artesanales con cuero, cuero vegano y güipiles de Guatemala.

Una de las metas de Thelma es exportar sus productos a otros países para impulsar el trabajo guatemalteco. Para Dávila su éxito se define en compartir su conocimiento a las próximas generaciones para promover el desarrollo del país.